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CARLOS MATA ES UN CAVERNICOLA EN CORP BANCA

 

Para intentar esclarecer lo que pasa en las relaciones interpersonales de pareja, es decir, novia – novio; esposo – esposa,  Carlos Mata regresó al teatro,  de la mano del Grupo Teatral Skena, bajo la dirección de Basilio Álvarez- como protagonista de Defendiendo al Cavernícola, de Rob Becker.

Mata asume el personaje con soltura, y logra improvisar a ratos en que pareciera que se le olvida el texto,y t o no le llega con la suficiente rapidez para como habla. Claro, esto fue el día del estreno, imagino que con el transcurso de los días, ya dirá la letra con mayor soltura, y no habrá tampoco el problema con el sonido del principio, lo que obligó a reiniciar el monologo, cosas del show pues. Pero Igualmente, el texto está bien interpretado por un actor que asume por primera vez un unipersonal, que para más señas es considerado el espectáculo con más tiempo de permanencia en cartel de toda la historia de Broadway, que ha sido presenciado, de acuerdo a las críticas por más de 8 millones de personas en 45 países y en 15 idiomas diferentes.

Carlos Mata se une al clan de reconocidos actores internacionales que por años han interpretado este descendiente de los  cavernícolas, y como contó en la rueda de prensa dias ats del estreno,  es un «gran trabajo asumir este papel tomando en cuenta el éxito que ya h tenido la obra en New York, México y Londres».

La obra de Becker obtuvo en Inglaterra el Premio Olivier al Mejor espectáculo de entretenimiento en el año 2000. El actor original era el mismo Rob Becker. En México, César Bono ha recibido premios por sus más de 2.600 actuaciones desde el año 2001. En España, Nancho Novo es el intérprete. En el caso venezolano, Basilio Álvarez contó en la ruda de prensa que le costó al grupo Skena tres años poder conseguir los derechos de la obra. Entre otras de las razones, por una cosa  que llaman control de cambio o Cadivi.

Defendiendo al cavernícola ha conseguido las siguientes cifras de público y permanencia desde su estreno: en Estados Unidos ha sido vista por más de tres millones de personas. En Nueva York, la 44th Street fue renombrada como Caveman Way por el alcalde Rudolph Giuliani. En Finlandia batió el récord de público, con más de 30.000 en 220 funciones. En Alemania, en 2008, quince actores distintos interpretaron la obra, con una audiencia de 412.257 personas en 1.049 funciones en 59 ciudades. En Eslovenia se lleva representando desde 2002, y en Lituania desde 2005, mientras que en Sudáfrica comenzó su andadura en 1998. El estreno en Suiza tuvo lugar en 2001. En Islandia tres cuartas partes de la población vieron la obra (Estas  son cifras de Internet y que pueden encontrarse en cualquier búsqueda de Google, lo sé y lo certifico porque yo lo hice)

Defendiendo al Cavernícola, o El Cavernícola, a secas,  sirve para que el protagonista, en este caso Carlos Mata ponga a reflexionar a los presentes sobre ese arte de vivir en pareja. Temas como el manejo del control remoto del televisor, o el porqué los hombres no pedimos direcciones cuando estamos perdidos, incluso la forma y el pensamiento a la hora de hacer el amor se reflejan en esta obra, dándonos una explicación sobre los intereses que tienen tanto el hombre como la mujer.

Para el autor de la obra, Rob Becker, la gran diferencia entre los dos sexos está basada en el principio de los tiempos, en la relación que tenía el macho cavernícola en su papel de proveedor de la cueva, mientras la mujer cavernícola era recolectora. De ahí en adelante la historia del mundo se define por esas dos tareas. El resto hay que verlo en el  Teatro del Centro Cultural BOD CORP BANCA, en La Castellana. Los días: jueves, viernes y sábados a las 8:00 p.m. y domingos a las 6:00 p.m. Las entradas tienen un costo de Bs. F 120 y pueden adquirirse en la taquilla del teatro.

No se extrañen si al final hay un personal haciendo encuestas y videos sobre lo que le pareció la obra, eso también es parte de la estrategia del espectáculo para conocer las impresiones de los asistentes. Es parte del montaje original, que luego puede ser visto en youtube, así que cuidado con quien va a ver El Cavernícola, no sea que luego aparezca  en video y usted se suponía que estaba en otro lado, o al menos ese es mi consejo, mi Visión Particular.

Un pequeño video de la obra

Matriarcado Mortal

A primera vista pareciera que estamos frente a un lupanar, un bar de mala muerte o algo por el estilo, ya que los dos primeros personajes, las dos criadas, por sus fachas no pueden menos que inspirar esa imagen.

Pero craso error, al ver entrar a la viuda, seguida del cortejo de sus hijas, todas de rigoroso negro, entendemos que estamos en la casa de Bernarda Alba y que el espíritu de Federico García Lorca está allí gracias al trabajo del Grupo Contrajuego y a la dirección de Orlando Arocha.

Una decoración minimalista, pocos elementos decoran el escenario, lo suficiente como hacer un manejo con sillas que permiten recrear todas las situaciones que vive Doña Bernarda con sus hijas, tan amargadas y envidiosas como su madre.

La obra de García Lorca habla de cinco mujeres feas y castas, condenadas a no conocer varón, que siguen a una madre tirana, encerrada en su dominio presa del qué dirán.  Todas de negro, con el alma sin color, salvo María Josefa, interpretado magistralmente por Antonieta Colón, quien hace de la madre de Bernarda, y viste con todos los colores inimaginables, como para desentonar con el resto de la familia, además que está tan loca que la tienen que encerrar para que no se escape y se case, que es su anhelo.

Pero,  como en la vida real, un hombre… sí, un hombre, además que nunca se le ve en escena, es el incitador de las pasiones de esas mujeres: envidia, deseo, odio, poder y muerte.

Bernarda Alba es la viuda jefe del hogar, recatada ella, pero que le encanta que la servidumbre le cuente los chismes de la localidad.

Arocha dirige a Diana Volpe, Hayde Faverola, Antonieta Colón, Nattalie Cortéz, Carolina Torres, Gladys Seco, Ana Melo, Jennifer Morales, Maritza Briceño y Gema Llanos.

Bernarda Alba hace oídos sordos de aquellos que ven los terribles acontecimientos que están por suceder en su familia, rechaza las advertencias de la Poncia, su criada fiel, porque es el servicio y ese es su trabajo por el que se le paga bien, y con eso  creyendo que aún podrá mantener algún control sobre la situación. Las criadas y la madre de Bernarda son las únicas capaces de ver la verdad y presentir la desgracia que se les avecina.

La esperanza parece no tener cabida en este drama español, solo el arreglo del matrimonio entre Angustia y el fantasmal Pepe El Romano (fantasmal porque siempre está presente en el montaje aunque no se le vea sino en una fotografía que es más marco que retrato);  pero esa esperanza  lo que origina es un final crudo, que lanza por tierra cualquier desenlace feliz.

Las actuaciones reflejan ese hastío, esa melancolía propia de una tragedia que lleva años gestándose, y la utilización de la vitrina como elemento de escape de Adela, la hija menor, son momentos de gran tensión, como los que se producen al romperse toda figura que se le atraviesa a otra de las hijas de Bernarda.

Si hay algo que a muchos de los espectadores consultados no les cuadra, aunque a mí sí, es la utilización de la música de bolero, con temas muy conocidos, porque hay momentos en que las voces melodiosas de las actrices –  hay que decir que ellas cantan muy bien a capela – hacen que a uno se olvide el texto que está escuchando.

El otro elemento que crea cierto ruido es la luz estroboscópica, que no entendí y me causó molestia, imagino que otros lo habrán entendido y no les provocaría ningún sentimiento encontrado.

La Casa de Bernarda Alba se está presentando desde el jueves 24 de febrero hasta el 27 de marzo, con funciones de jueves a sábados, a las 8:00 p.m. y los domingos, a las 7:00 p.m., en la Sala de teatro 2 de la Casa de Rómulo Gallegos.

Como si se tratase de una obra latinoamericana, la Casa de Bernarda Alba plantea el amor entre madres e hijas, pero también ese matriarcado que obliga  a las mujeres a ser castas, sumisas, dependientes de un hombre para sobrevivir, muy propio de la época en que Federico García Lorca escribió la obra. Afortunadamente, esa tendencia ya no prevalece tanto, ¿o sí?,  desde México a Argentina, aunque hay que resaltar que si hay su buena dosis de matriarcado aún, o al menos esa es mi Visión Particular.

Tu país ¿está feliz?

En 1971 el grupo Rajatabla le dijo a Venezuela que Tu país está feliz, de acuerdo al texto de Antonio Miranda.

En esa ocasión Carlos Giménez  puso en escena  a jóvenes, que representaban esa generación, entre apáticos y preocupados por el futuro del país. Ese país era Venezuela en 1971 con sus problemas e inquietudes

Cánticos, desnudos, gritos, llantos y risas acompañaban, al igual que ahora,  los 25 cuadros, con 26 poemas del brasilero Antonio Miranda y 14 canciones compuestas por Xulio Formoso, que revelan la visión de la juventud venezolana de finales de la década de los sesenta.

Pero 40 años después, aquella puesta en escena de Carlos Giménez, con elenco conformado por: José Tejera, Francisco Alfaro, Mariel Jaime Maza, Juan Pagés, Gustavo Gutiérrez, Leopoldo Renault, José Ramón Ortiz, Enrique Serrano, Juan Gómez, Batería, volvió a las tablas nacionales para recordarnos, lamentablemente, que nada ha cambiado, que los jóvenes siguen siendo, algunos, apáticos y otros, luchando por lograr su espacio en este País.

Creada originalmente para tres funciones el montaje original de Carlos Giménez duró más de tres años en las carteleras nacionales e internacionales.

En la víspera del estreno original, Carlos Giménez exigió que todos estuvieran desnudos en escena, justificando el texto. Creó una crisis en el grupo, escandalizando a unos y entusiasmando a otros, entre otras cosas porque los desnudos, hasta ese entonces, eran inusuales en el teatro venezolano. Esta obra produjo el nacimiento de Rajatabla, según la memoria del grupo.

Hoy si bien es cierto el desnudo sigue presente en el montaje, ya no hay escándalo ni alarma  por ver cuerpos sin ropa, eso dejó de ser tema de inquietud en nuestra sociedad, acostumbrada ya a ver desnudos por doquier gracias al cine y la publicidad. Pero el texto  interpretado ahora por por  Indira Jiménez, Rafael Marrero, Rossana Hernández, Gabriel Agúero, Elvis Chaveinte, Jean Carlos Rodríguez, Jean Franco de Marchi, Eliana Terán Scarpati y Sarai Pérez, en la guitarra, Jean Paul Bozo, y en la batería, Roger Ramírez,  nos recuerda a los venezolanos que somos de poca memoria, y que al igual que el adagio: «El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra». Añadiría yo «40 años no son nada» y por eso seguimos repitiendo los errores del pasado, un pasado que Rajatabla lo tiene presente.

La puesta en escena de Carlos Giménez fue presentada durante tres días en el Celarg, justamente 40 años después de esa primera función, para decirle al espectador local que nada ha cambiado, que seguimos siendo los mismos.

No se puede negar el valor del Grupo Rajatabla, institución que ha impulsado proyectos que hoy constituyen la raíz creativa de actores, además de ser uno de los grupos más importantes de Venezuela y Latinoamérica.

¿Tu país está feliz?, ojalá fuera así, y tras 40 años sería bueno que la obra hubiera perdido todo su sentido temático y no tuviéramos que verla en escena, sino como un espectáculo del repertorio de este grupo, porque significaría que todo cambió en Venezuela, pero… también de ilusión se vive, o al menos esa es mi Visión Particular.

 

 

 

Aquí les dejo un video de parte del montaje en el Celarg

 

Otelo en 4 X 4

 Ver a David Villegas interpretando a Yago montado en una tarima y con gestos que recuerdan al gato de Cheshire – de Alicia en el país de las Maravillas – mientras teje su telaraña de mentira y odio no tiene precio.

El Teatro San Martín  en su “Proyecto 4×4” , teatro clásico escenificado por cuatro actores únicamente, presentó Otelo, obra de William Shakespeare sobre el poder de los celos, que destaca la fuerza del odio y la venganza como instrumentos para destruir al ser humano.

Con las actuaciones de Ludwig Pineda (Otelo), David Villegas (Yago), José Gregorio Martínez y Mariana Alviárez (Desdémona), quienes a su vez interpretan varios roles en el montaje, logran en 2 horas contarnos el auge y caída del moro Otelo, al ser instrumento de la manipulación por venganza y odio,  lo que queda plasmado cuando Yago dice “Mi causa es el odio; no requiere razón”

 El montaje es llamativo, al mezclar los colores sobrios del blanco y negro, con el rojo pasión, que es el color que mueve los sentimientos en esta pieza. Pocos elementos, unos cuadrados, unas velas en pedestal y otros artilugios dan vida en todas las escenas. junto a un vestuario bien elaborado, para recrear la escenografía minimalista de la visión del director Luis Domínguez González

Aunado a la escenografía, la música también juega un papel importante en este montaje, a veces se utilizan notas de un piano recordando aquellos tiempos lejanos, otras veces es la música africana o las melodías brasileras las que nos llevan a un mundo de magia, hechicería, brujería. Estas melodías en algunos momentos inquietan por su ritmo, otras desentonan en la trama, porque nos alejan de la Venecia de la época en que Shakespeare ubica a Otelo, aunque esto puede ser tomado como una licencia creativa, algo que es muy válido.

El otro elemento sonoro que resalta y le da un tono santero a la pieza es el constante sonar de una especie de rosario que siempre lleva Yago, sonido que recuerda el de la serpiente de cascabel, y le da énfasis a las maquinaciones producto del odio y la venganza.

 De las actuaciones habría que decir que hay momentos, sobre todo al principio, en que los actores pierden la atención de los espectadores, por problemas de dicción y de entonación, que provocan parlamentos ininteligibles, un ejemplo sería al usar  los conos de papel.

A la escena final le falta fuerza, Mariana Alviárez (Desdémona), recita su texto sin mayor fuerza dramática, aunque uno sabe que va a morir debe poner más intención al suplicar por su vida;  Otelo (Ludwig Pineda) llega a este momento de la obra con dificultad de respiración y pierde en ese momento toda intención dramática para tratar de completar el parlamento sin que el aire lo ayude. Otro tanto le sucede a José Gregorio Martínez  al interpretar a Emilia, la esposa de Yago, quien es la que desencadena el final trágico. En este caso, el actor no llega al dramatismo para llevar en sus hombros este personaje, y no por ser propio para una mujer porque en la época isabelina los hombres interpretaban estos roles, sino porque le falta actuación y realidad al parlamento que pone al descubierto las intenciones de Yago (David Villegas), quien en esa especie de vengador – demonio también dejar pasar un momento dramático al decir el texto, y parece más una declamar sin la fuerza maquiavélica que había tenido en toda la puesta

Lo que rescato como interpretación es el momento en que David Villegas, en su papel de  Yago, está montado en una tarima y con gestos que recuerdan al gato de Cheshire – de Alicia en el país de las Maravillas – teje su telaraña de mentira y odio, con una inocencia como quien no busca un resultado, que ya ha anticipado.

El programa de los 4×4 busca, según explica el grupo en la página web del Teatro San Martín, «trasladar, tanto a los espectadores como a los artistas, hasta sus límites de creación y percepción, así como mostrar áreas del teatro que muchas veces ocurren detrás de las cortinas o en los ensayos:   El arte del desdoblamiento del actor, su capacidad para crear personajes y la confección de la unidad narrativa y visual que el director propone en estos primeros 16 espectáculos del programa 4×4, y que incluirán desde el teatro griego, al siglo de Oro y los clásicos contemporáneos». Yo añadiría que sirve también para ser un montaje itinerante que puede escenificarse en cualquier lugar.

La obra vale la pena verla, como experiencia de lo que se puede hacer con creatividad y pocos actores. Sin embargo, en aras de un mejor teatro para los espectadores, es necesario profundizar más en la técnica vocal, o al menos esa es mi Visión Particular.

PD.

Los fotos son tomadas de la página del Teatro San Martín, del Facebook  del TSM, y de la Web 

Lo colectivo como aprendizaje interior

¿Qué quiere decir un actor? ¿Cuáles son nuestras motivaciones como individuos? ¿Qué pretendemos hacer en conjunto?

Contestar estas  y otras preguntas más fue el objetivo del Gimnasio de Actores al ofrecer durante una semana de sesiones, específicamente en las noches del 17 al 21 de enero del 2011.

Para lograr esta tarea,  Sarah Ashford Hart fue la facilitadora de un taller utilizando el método del Devised Theatre (Teatro Ideado), que es una creación escénica  donde los procedimientos se encuentran en la particularidad de cada participante, su  contexto específico y el diálogo con la realidad. El énfasis se concentra  en el proceso en cada una de sus etapas y en la colaboración, exento de las  jerarquías y roles del teatro clásico. Buscando entre preguntas y respuestas la relación entre diversas manifestaciones  artísticas.

Sarah Ashford Hart

Sarah Ashford Hart es directora y actriz de teatro. Ha trabajado y estudiado en Nueva Escocia, Florida, Nueva York, Dublín, Moscú, e Inglaterra. Estudió en el Centro de Samuel Beckett en Dublín y en la Escuela de Arte de Moscú. Culminó sus estudios de Movimiento en el Instituto Boris Schukin de Moscú y completó una Maestría en Artes en ‘Devised Theatre’ en la Escuela de Artes de Dartington en Inglaterra.

Sobre su tarea en este taller,  Hart comentó que este teatro «Devised» le ha permitido explorar técnicas participativas que permiten  compartir historias que generan dialogo social  y que el énfasis se concentra  en el proceso de búsqueda de preguntas y respuestas con relación a la creación multifuncional, siendo el artista un pensador y aprendiz que desarrolla durante su vida, su creatividad.

Lo interesante de esta técnica, que si bien no es nueva ni en el mundo ni en Venezuela, hay grupos que tienen años experimentando con la creación colectiva para sus montajes – como el grupo Altosf, es que el fin de este taller específico no era la creación de una obra final, aunque sí mostraron un ejercicio de culminación, sino dejar en los participantes una herramienta más que les permita crear sus personajes y establecer sus propios procesos creativos, partiendo del interior de  cada uno.

Al ser un taller de tan pocos días, la dinámica, de acuerdo al esquema planteado por Hart comenzó por lo más sencillo y evidente,

Sarah Ashford Hart y Matilda Corral

 aunque no siempre fácil de lograr, que es presentarse en el grupo, a manera de romper el hielo. 

El siguiente paso de esta experiencia del Devised Theatre fue la relación con su entorno, y qué reacciones generaba en los participantes el hecho de estar rodeados de libros, tomando en cuenta que el taller fue realizado en el Banco del Libro.

La relación espacio – libros permitió una mayor relación, ya que comenzaron a usar elementos para comunicar ideas, y experiencias entre ellos dando rienda suelta a la imaginación para crear personajes y contar historias

La anarquía es parte de este tipo de proceso, donde se deja – en un principio – el libre albedrio suelto, pero luego es importante comenzar a dar formas a esas lluvias de ideas y de creatividades. Este es el siguiente paso dentro del Devised Theatre, darle una historia  a toda la creatividad demostrada por los integrantes del taller.

Matilda Corral

Este método de trabajo busca, de acuerdo a Matilda Corral, directora e instructora del Gimnasio de Actores,  incrementar las opciones de espacios para la profesionalización de los actores, e incluso de quienes no son actores porque les da herramientas de conocimiento personal para la vida diaria. O al menos, esa es mi Visión Particular.

Alacranes, Charros y Teatro – Cine

Lo bueno de no tener jefe, o ser su propio jefe, es que no tienes que seguir una pauta de trabajo, sino que, por el contrario, uno se impone su propia agenda, porque, eso sí, hay que estar claro, el trabajo es el trabajo.

El fin de semana decidí imponerme una agenda cultural, eso sí es un jefe, y ver, para comentar, algunas obras que están en cartelera en Caracas, aunque todos, debo confesar, solamente se presentaron un día, por eso lo importante de ir y comentar de qué tratan.

Alacranes  u hombres

El grupo de Teatro Contrajuego presentó, en su nueva sede de la Concha Acústica de Bello Monte, la lectura dramatizada del texto “A la novia de mi ex la picó un alacrán”, de la escritora Carolina Liendro, quien además actúa el papel principal y dirigió la lectura.

Un «petit comité», que no pasaba de 5 personas, escuchamos la historia de Ana, quien entre sueños con boleros y alguna que otra pesadilla, nos relata su divorcio de Armando, y las pretensiones amorosas de su abogado, interpretado, o más bien leído, por Ludwig Pineda.

Ana también tiene una amiga, Daniela,  leída por Eulalia Siso, quien es una oposicionista, con mucho fashion, ya que la descripción que hacen es de una mujer, con pareja, que va  a todas las marchas de la oposición al gobierno vestida a la última moda: bandana con la bandera tricolor, camisa, falda, o pantalón con el tricolor patrio y zapatos de goma, por supuesto, con el pabellón nacional.  Ana busca salir de su divorcio y superar la depresión, comiendo chocolate, mientras una sucesión de hombres – como de políticos – quieren ganar el interés: unos de Ana y otros del país. Daniela mientras, quiere que su amiga  la acompañe a las marchas, hasta que…

Entre sueños de boleros en un cabaret venido a menos, y alusiones al acontecer político, transcurre esta historia, que por supuesto no pienso contar en detalles. La pieza, si bien no está terminada, resulta un ejercicio interesante,  para una novel escritora que busca su nicho, y más interesante resulta aún que el grupo teatral Contrajuego, que dirige Orlando Arocha, presente esta lectura dramatizada en su nueva sala, o espacio, para acercar al público, dar a conocer su programación, bastante extensa por cierto, y sirva de trampolín para futuros dramaturgos. El «petit comité» ofreció algunas sugerencias al texto, que esperamos sean tomadas en cuenta, para que luego algún director tome parte también en el proceso creativo y le dé espacio físico a este texto. 

Rancheras y charros en el purgatorio

Luego de cumplir una gira por el occidente venezolano, la compañía mexicana Arte Estudio Producciones,  presentó la obra “Vacaciones en el Purgatorio”, del venezolano Ángel Méndez, periodista, escritor y dramaturgo, que contó con la dirección de Marcos Vargas y  trata de la vida de Pedro Infante y Jorge Negrete.

El Colegio Francia fue el escenario para desarrollar esta pieza imaginativa, donde Méndez coloca a Jorge Negrete y a Pedro Infante en la antesala del Cielo, pese aque el vaticano ya decretó que no existe ese lugar, con música y canto en vivo, imágenes de películas antiguas y algunos trajes alusivos.  Estas figuras míticas del cine mexicano se nos presentan en la piel de los aztecas Luis Carlos Wong y Frank Rodríguez,  añorando su pasado y compartiendo con los espectadores recuerdos de su infancia y sus orígenes.

De condición pobre,  Pedro Infante, representado por Wong,  nos cuenta los sucesivos oficios  que tuvo que ejercer, carpintero, peluquero,  para sacar adelante a su «jefa»,  doña Refugio, sus amores, las madres de sus hijos, así como la ayuda que en vida hizo para atender a los más necesitados, entre ellos sus hermanos, aunque él nunca pudo estudiar en la escuela.

Por su parte, Jorge Negrete, interpretado por Rodríguez, era de cuna alta, y  recuerda a su «jefe» el teniente coronel David Negrete Fernández, quien luego de militar fue profesor de matemáticas en escuelas oficiales y en el Colegio Alemán Alexander Von Humboldt, gracias a lo cual pudo inscribir a sus hijos en la institución y el luego cantante  aprendió alemán, inglés, italiano y se menciona que hasta estudió de manera autodidacta los fundamentos del Náhuatl, que es una lengua azteca.

Negrete fue el fundador de la ANDA, asociación que reúne  a los artistas y vela por sus intereses, y por esa misma condición de nacer en cuna noble, Pedro Infante siempre lo llamó señor y se dice, también en la obra se hace una sutil mención, que existía rivalidad entre los dos actores y cantantes, aunque protagonizaron juntos una película: Dos tipos de cuidado, que sirve  para un momento de duelo musical en la pieza, donde Luis Carlos Wong y Frank Rodríguez hacen un contrapunto vocal cargado de ironía y rencor entre los dos cantantes mexicanos, teniendo como telón las imágenes de la película .

El montaje es de bajo presupuesto, tal vez pensado para poder viajar, con  actores que mantienen entretenido al espectador gracias, en parte, al parecido físico que logran con Pedro Infante y Jorge Negrete, aunque  Luis Carlos Wong tiene la cara más redonda que Infante, pero logra capturar muchos de sus gestos y tono de voz,  mientras que Frank Rodríguez se asemeja a Negrete en altura, pero le faltan algunos kilos para dar más la imagen del charro.

Sin ser cantantes, ambos logran salir bien parados al momento de interpretar las melodías, aunque para gratificación del público, y sobre todo de las muchachas de la tercera edad presentes y que en su momento suspiraron por los galanes mexicanos, habría que poner más empeño en mejorar la parte vocal.

Con esta caracterización se refresca la memoria sobre la época de Oro que vivió el cine mexicano, porque se incluyen imágenes de artistas como Tín Tán, Resortes, Agustín Lara,  Pedro Vargas, Libertad Lamarque, Sara García,  Javier Solís, y un largo etcetera de cantantes, actrices y actores de esa época que provocaron más de un suspiro en  la sala.

En definitiva, un montaje interesante, con algunas fallas para el tiempo que tiene montada, pero que recuerda una época que aunque ha pasado, tiene seguidores a granel.

Cine – Teatro  o  Teatro –  Cine

Para cerrar el fin de semana teatral, me acerqué al nuevo Ateneo de Caracas, ubicado en la Quinta La Colina, para ver “LO MEJOR DEL CINE”, que según el programa “trata de dos actores que deciden recorrer el mundo y para ello crean un espectáculo con otros actores basados en las mejores escenas del cine, y las mejores actuaciones, es una obra ingeniosa que permite disfrutar durante una hora y media la maravilla del cine llevada al teatro”. Todo bajo la dirección de Dimas González y la producción del Teatro Itinerante de Venezuela.

Esto es lo que señala el programa de la obra y, en su montaje, aprovecha parte de la quinta donde está el Ateneo para sumergir al espectador en una especie de filmación de escenas clásicas del cine y los asistentes recorren los distintos sets, como si fueran extras.

Así podemos ver como el Guasón interrumpe en una fiesta, o a Toni Montana en su escena en la escalera cuando dice «di hola a mi pequeño amigo», empuñando un gran arma de repetición y al Gran Dictador usando la palabra, no la mímica como Chaplin, para darnos un discurso sobre la libertad y la democracia.

Otras cuadros de este montaje con “Lo Mejor del Cine”,  donde intervienen  Carla Mariña, Greisy Hidalgo, Javier Figuera, Oliver Morillo, Pedro Indriago, Wesly González, Pedro González y Dimas González, nos lleva a recordar Casa Blanca, El Silencio de Los Inocentes, Campeón, La Vida es Bella, el niño del pijama a rayas – en una de las mejores puestas de la obra – así como Titanic, recordando cómo los músicos interpretan melodías mientras el barco se hunde.

Hasta aquí se podría decir que la obra es atractiva y visualmente llamativa, pero… a que siempre hay un pero, en alguna parte de la obra  aparece el teatro dentro del teatro, o del cine diríamos en este caso, para incluir eso que nos indica la sinopsis de la obra y que se refiere a una lucha entre los dos principales actores del grupo, trayendo consigo una serie de recriminaciones contra el teatro que ellos llaman “independiente”, o comercial, que lejos de aportar algo constructivo a la pieza, parece más bien, a mi entender, una posición del autor sobre lo que para él es el mal llamado teatro comercial y el daño que le hace al arte.

La mención de teatro independiente que se hace en la representación deja un mal sabor por su ataque feroz contra quienes, en ese momento no pueden replicar, porque además, qué teatro no es independiente, ya que a menos que uno reciba un pago del Gobierno, y son pocos los que lo hacen a esta altura, todos los grupos son independientes. Si lo que se quiere es atacar al teatro comercial por intentar  ser una empresa generadora de ingresos, esa posición también genera un ruido dentro del montaje, porque, primero, se están representando escenas de películas comerciales, que generaron mucho dinero en taquilla y, segundo, acaso ¿es malo querer obtener un lucro económico por el trabajo realizado? si el teatro llamado comercial es bueno o malo esa sería otra consideración, pero atacarlo por el hecho de ser una actividad como cualquier otra que busca su recompensa económica  me parece injusto.

De todos, modos, «Lo mejor del Cine» es una obra que seguirá en cartelera en el Ateneo de Caracas y que tiene un valor artístico que merece contar con asistencia en sus presentaciones y es el resultado de un grupo de teatro con años de trabajo.

El teatro como espectáculo está en Caracas en todas partes, sea en una lectura, sea en una sala nueva, sea en una casa nueva, sea en la calle, lo que hay que salir a buscarlo, porque de seguro algo se encontrará al gusto de cada uno, o al menos, esa es mi Visión Particular.

Promoción Honor a mis Padres un oráculo más allá de arena y playa

Al entrar en la sala solo falta oír aquel famoso tema de la marca de cigarrillos, turu turu turu tutu, para sentir que estamos en la playa con arena y mar incluidos, aunque en realidad estamos en la sala Rajatabla.

Esta es la primera impresión que uno tiene al entrar al montaje de Promoción Honor a mis Padres, obra de Elio Palencia, dirigida por Rufino Dorta Es una obra de seis actores y una actriz, que se desarrolla en una playa de la costa venezolana, donde recién graduados de bachilleres en la Unidad Educativa “Símbolos Patrios”, de Río Guarura, municipio Guaricongo, del litoral central de Venezuela, se reúnen para celebrar.

Como es normal en este tipo de celebraciones de graduación, con bailes de tambores para celebrar a San Juan, donde abunda el alcohol, y una que otra sustancia de las llamadas psicotrópicas, la fiesta da paso a los conflictos que van desde la apatía, el machismo, la competitividad, los prejuicios sobre el aborto, y la homosexualidad, así como las esperanzas y deseos por un futuro mejor. 

Miosothis Pineda, Jean Franco De Marchi, Peter Kutlesa, Ángel Pájaro, Abilio Torres, Slavko Sorman, Aquiles Díaz y Heriberto Garcés -egresados del Taller Nacional de Teatro- y con la producción de Francisco Alfaro y Gerardo Luongo, son los responsables de exponer y representar las ideas que plasmó Elio Palencia.

Como me sucede con Matilda Corral, de quien hice mención en un trabajo anterior sobre su obra teatral, con Elio Palencia me cuesta ser objetivo, por conocerlo hace varios años, y conocer algunos de sus pensamientos, deseos y frustraciones. Pero al analizar Promoción Honor a mis Padres se pueden ver ciertos patrones en la escritura de Palencia, y que se repiten en algunas piezas escritas por él, lo que en ningún momento es una crítica, sino una aproximación, si se me permite decirlo así, a su obra. 

Comienzo haciendo referencia al tema del oficio de la familia de uno de los recién graduados que está celebrando en la isla. Son pescadores y él quiere tener una flota de camiones cava, lo que no deja de recordar la actividad de la familia de Cheila, en la película Una Casa pa Maita, donde el elemento del camión para el traslado del pescado está presente, y es desencadenante de más de una tragedia.

Otro elemento que se repite en algunas piezas de Elio Palencia, y digo algunas para no generalizar en exceso, es el tema referido a la homosexualidad. Este planteamiento está presente en Promoción Honor a mis Padres, con el miedo de unos a ser descubiertos practicándolo, otro que no quiere tener relaciones sexuales anales con la novia para que no digan que es «gay», o como tema principal de  Arráncame la vida, ya comentada en un artículo anterior,  así como en la mencionada película Cheila, Una Casa pa Maita.

El tercer elemento reiterado en la obra de Palencia, no por ello menos importante ni trivial,  se refiere al tratamiento de la mujer. Al igual que Federico García Lorca, cuidando las distancias, y a veces no tanto, el tratamiento del tema de los personajes femeninos es uno de los que mejor se le da a Elio Palencia.

Tomando en cuenta los ejemplos que he mencionado anteriormente, se puede decir que el  personaje de Cheila, interpretado por Endry Cardeño, es heroico porque logra superarse, a pesar de toda el “morral” de problemas que arrastra, con una familia que permite muchas cosas menos que ella sea quien es.  

La otra heroína de las piezas de Palencia es Nubia Flores de Arráncame la vida, magistralmente interpretada por Aura Rivas, una madre, en un monólogo acompañado,  que pese a enfrentar un dolor por la enfermedad de su hijo, logra sobreponerse y cuidarlo en sus últimos días y se enfrenta a una sociedad del interior del país que ve con malos ojos la condición sexual de uno de los suyos.

La tercera heroína que analizaré es Oneida Rebolledo, llamada «uglybetty», e interpretada por Miosothis Pineda, quien desencadena varios conflictos, de los que no entraré en detalle para evitar adelantar la historia a quienes no han visto la pieza.  Ella es la piedra angular de la obra, y aunque al principio no parezca, es la verdadera esperanza, es la heroína que sale adelante a pesar de todos los problemas, y es quien, al final, logra dignificar a esa promoción de estudiantes de la Unidad Educativa “Símbolos Patrios”.

Los personajes masculinos de Promoción Honor a mis Padres son el hilo conductor de las frustraciones, deseos reprimidos, chistes de doble sentido,  algarabía, camaradería, pero todos, y digo todos, están marcados por el sino de la fatalidad, ninguno parece capaz de escapar de este oráculo, el único que estaba destinado a hacerlo, Juan, termina sin lograrlo.

El montaje de Promoción Honor a mis Padres tiene grandes aciertos, como lo dije al principio, recrear la playa y el agua es de una riqueza visual que destaca como elemento donde se desarrolla la trama. El escenario da la sensación, de ser un «cuadrilátero», como lo menciona Edgard Antonio Moreno Uribe, en http://elespectadorvenezolano.blogspot.com, alusión que asumo también, porque en realidad la pieza puede ser un cuadrilatero donde se intercmbian peleas, al mejor estilo de los programas boxísticos.

La utilización de música en vivo, con un grupo que toca melodías de la costa, con tambores y canto afroamericano, le da riqueza al montaje. La interpretación de los músicos Roger Ramírez , Sahara Álvarez, Jerry Heredia, María Alejandra Tellis, le imprime una alegría y un canto del litoral varguense, que enriquece la pieza.  No se puede dejar de mencionar la interpretación del cantante Derwin Ernesto Campos en un magnifico solo de hip hop y ritmo costeño, que pareciera representar el final perfecto de la pieza, luego de la visión de Juan, cual oráculo,  de lo que pasará en 25 años.

 

 Sin embargo, y como dice el chiste aquel, hay más…

Este «hay más …» representa el otro elemento  interesante y rico audiovisualmente de Promoción Honor a mis Padres. A  mi parecer, este primer final, con el canto de Ernesto Campos, luego de la visión de Juan, mezclado con el verdadero momento final de la obra, la heroína dejando bien paradas a las féminas, podría perfectamente asemejarse a «La historia interminable», también conocida como La historia sin fin, el libro del escritor alemán Michael Ende, porque, al final, cada espectador pudiera hacer su propio oráculo y dar una conclusión acorde a sus propios intereses, conveniencias, «morral» lleno de experiencias, logrando así ser un poco creadores de la obra inicial de Elio Palancia y la puesta en escena de Rufino Dorta.

 ¿Quién nos asegura que este personaje o aquel otro terminan así?, acaso nosotros no podemos, con nuestra imaginación, acabar con un personaje, o quizás rescatar de su sino a otro de los personajes, ¿no son nuestras experiencias, dudas, miedos, deseos y alegrías, suficiente material para acabar algo que, a lo mejor, sin proponérselo, crearon Palencia y Dorta,  al ofrecer un final inicial y otro definitovo?.  Tal vez no sea así, y son solo mis elucubraciones, o por ponerlo de otra manera, mi Visión Particular de Promoción Honor a mis Padres.

Las  fotos son una recoplicaión de Internet, y la página de Rajataba en Facebook

PD.

Aunque un poco alejado al tema central de este escrito, pero no por eso menos importante, debo hacer explicar, la utilización del término “morral”,  que en ningún momento es una expresión peyorativa, sino la “apropiación” de una historia, de mi amiga y colega periodista Raiza Ramírez, y para no hacer más larga la historia, los remitiré a su origen, que es: http://www.facebook.com/#!/note.php?note_id=80701371959

No por mucho abarcar se entiende más

A propósito de El Evangelio según Bulgákov

No por mucho abarcar se entiende más

 

El día que Poncio Pilatos condenó a muerte a un predicador llamado Joshuá Ga-Nozri, aún sospechando que en ese momento perdía el alma es el centro de El evangelio según Bulgákov, puesta en escena del grupo venezolano Pantheo Teatro, que se presneta en la Sala Cabrujas.

Haciendo un poco de investigación, gracias a Wikipedia, conseguí que esta obra se basa en El maestro y Margarita, una novela del soviético Mijaíl Bulgákov, y que para más señas es considerada por muchos como una de las novelas más importantes del siglo XX en lengua rusa.

El Evangelio según Bulgákov está dirigida por Francisco Salazar y se basa en varios capítulos de la novela antes mencionada, ya allí comienzan los problemas al armar el texto que luego es teatralizado.  Los capítulos que sirvieron de inspiración para la pieza  se desarrollan en tres escenarios. El primero es Moscú en la década de 1930, ciudad que recibe la visita de Satán disfrazado como Vóland, un misterioso mago de origen incierto que se presenta ante  Berlioz, y el joven y entusiástico poeta moderno Ivan Bezdomny quienes al inicio de la pieza hablan de la no existencia de Jesús y la Santísima Trinidad. Tesis a la que Vóland se opone porque significaría la inexistencia también de Satán. En la segunda parte, se encuentra Margarita, la amante del Maestro, que representa la pasión humana. Recibe una oferta de Satán, que acepta, convirtiéndose en bruja de poderes sobrenaturales la noche de su baile de medianoche, o Noche de Walpurgis, que coincide con la del Viernes Santo, uniendo los tres elementos del libro, ya que la novela del Maestro trata de la misma luna llena primaveral en la que el destino de Cristo es sellado por Pilatos, siendo crucificado en Jerusalén.

El segundo escenario es la Jerusalén de Poncio Pilatos, descrito por Vóland en su conversación con Berlioz  y del que se hacen eco las páginas de la rechazada novela del Maestro. El acontecimiento es el encuentro entre Poncio Pilatos y Yoshúa Ga-Nozri (Jesús de Nazaret), su reconocimiento de que existe una afinidad entre ambos, y su reluctante aunque resignada y pasiva entrega a aquellos que querían matarlo.

El tercer escenario es aquel en el que Margarita sirve de puente. Tras aprender a volar y a controlar sus desatadas pasiones (no sin vengarse de los burócratas literarios que condujeron a su amado a la desesperación) y tomando a su criada Natasha con ella, se introduce desnuda en el mundo de la noche, vuela sobre los bosques y ríos de la Madre Rusia, se baña, y purificada vuelve a Moscú como anfitriona del gran baile de primavera de Satán. A su lado, da la bienvenida a las oscuras celebridades de la Historia humana mientras brindan por la apertura de las fauces del Infierno.

Mijaíl Bulgákov

Tomar estas tres historias y transformarlas en un texto teatral y coherente no es tarea fácil, y asi se ve en el montaje. Al querer ser fiel al texto de  Bulgákov, o al menos a su escencia, se cae en la confusión porque que el espectador trate de entender el tema de Margarita y El Maestro, esa complicado porque el eje central de la pieza es Pilatos y su relación con Joshuá Ga-Nozri, y para unir las historias se recurre a una suerte de pareja medio andaluza, que a veces se les olvida que lo son, y entre bailes de Cante jondo, insisto a veces olvidando la musicalidad del recitado, intentan darnos pistas sobre la historia de Margarita y El Maestro, pero con resultados no siempre afortunados.

La Historia central tiene un elemento llamativo que es la utilización de un pequeño coro, limitado a  dos de los guardias que custodian a Joshuá Ga-Nozri y cuidan los aposentos de Pilatos, que nos recuerdan a los coros griegos y dan narración a las acciones o escenas que faltan, por espacio de tiempo teatral, y que resuelven de manera acertada muchas situaciones de la pieza.

La puesta en escena es rica visualmente, los actores reforman el escenario, con la utilización de luces que van poniendo de una a una en el techo de la sala para representar la festividad de la comarca, o la utilización de cuerdas para representar los caminos que deben recorrer los personajes, e incluso son amarrados dando la sensación de peso y lentitud al caminar.

La escena inicial entre Pilatos y Joshuá Ga-Nozri, quien se dirige al funcionario romano como “buen hombre”, a lo que Pilatos le corrige y dice que la gente le llama malo y que no sé equivoca cuando opinan de de esa manera. Él mismo se califica como malo, es una muestra de que al igual que sucede en la versión fílmica de Jesucristo Superstar, el romano termina siendo un instrumento del destino, uno del que él mismo no quiere ser parte, incluso llega a pensar en envenenarse para evitar la muerte de Joshuá.

Las actuaciones presentan algunos puntos a favor y otros no tanto.  Me explico, Arnaldo Mendoza como Pilatos / Berlioz  logra separar y diferenciar al descreído jefe de la burocracia literaria Berlioz, haciéndolo más anciano, lo que le permite distanciarse de su otro personaje: Pilatos, que a pesar de estar abrumado por el peso de sus responsabilidades  tiene la fuerza del guerrero romano.  La caracterización tanto de un personaje como del otro se logra con algunos cambios de voz, y aquí es donde encuentro problemas para el espectador, porque la entonación que se le da a Pilatos muchas veces impide  que quienes estamos sentados en la sala comprendamos en texto que se está diciendo.    

Algo similar sucede con Israel Moreno, en su papel de Afranio / Voland, quien al representar al señor de las tinieblas, Satán, usa entonaciones que dejan perder parte del texto y pareciera que se está escuchando una radio mal sintonizada, sobretodo el final de la pieza, cuando usa unos modismos no fáciles de entender.

Alejandro Miguez como Mateo / Iván,  resalta por ese espíritu atormentado que fue, según Bulgákov,  Leví Mateo, el biógrafo de Joshuá Ga-Nozri, quien lo  menciona como un ex recaudador y que un día dejó todo para convertirse en su discípulo. También el filósofo dice que Mateo apuntaba sus palabras en un pergamino del que no se separaba.  Leví Mateo se siente culpable por permitir a Joshuá marcharse solo. No puede aguantar viendo el sufrimiento de una persona inocente y buena. Desea una muerte rápida para el filósofo para ahorrarle tanto sufrimiento. Por eso ha robado un cuchillo de la tienda, con la intención de matar personalmente a su maestro. Pero como no ha podido hacerlo empieza a maldecir primero a sí mismo y luego a Dios. Le insulta, le llama, “sordo” y pone en duda su omnipotencia.  Leví Mateo se nos presenta como una persona muy simple pero con gran corazón. Desea lo mejor para la gente justa y inocente. No se puede negar su fidelidad que en el futuro será premiada. Él actúa según sus sentimientos (lo contrario que Poncio). Busca explicaciones a las cosas que no entiende y espera respuestas. Dirige, por ello, sus preguntas a Dios, símbolo de la sabiduría y omnipotencia. No puede entender que una persona inocente tenga que sufrir un castigo injusto.  Otro acierto resulta la actuación de Steven Rosas, quien interpreta a Joshuá, y sin alejarse de esa imagen mítica que se tiene de Jesús, incorpora elementos que también muestran el lado humano y, a veces, vacilante del Hijo de Dios en ese encuentro con Pilatos y los posteriores sucesos 

Con El Maestro y Margarita Bulgákov escribió la que es considerada su obra maestra, consiguiendo conectar los sucesos ocurridos 2000 años antes con su época contemporánea, hilando la filosofía cristiana con la ética a modo de crítica del ideario comunista. De El Evangelio según Bulgákov no se puede decir que logre conectar es su totalidad la esencia del libro original, un trabajo bastante complicado por lo complicado del mismo libro, por lo que a veces uno se pregunta si no es mejor menos que tratar de abarcar toda una obra ya extensa.

Como siempre lo afirmo,  cada quien debe sacar sus propias ideas y conclusiones, no ir o dejar de ir a un espectáculo por lo que los otros digan, porque al fin y al cabo, estas son mis Visiones Particulares.

Madre hay una sola y Aura Rivas las reúne a todas

En lo que he bautizado como un monólogo acompañado, Aura Rivas demuestra, en este montaje, porqué es una SEÑORA, así con mayúsculas, de la actuación.

La obra Arráncame la vida fue escrita hace 16 años, por Elio Palencia, para esta actriz, y a finales de junio fue repuesta en la sala Doris Wells, de la Fundación  Casa del Artista, con la dirección del MAESTRO Román Chalbaud, también en mayúsculas,  porque al igual que cuando me refiero a José Ignacio Cabrujas lo hago en esos términos, al mencionar a Chalbaud hay que hacerlo de igual manera.

Arráncame la vida es una obra que muestra a dos personajes, una madre y su hijo, y cómo una enfermedad, SIDA en este caso, puede afectar no sólo la salud física de una persona, sino influir en todos los ámbitos de su vida y de quienes lo rodean.  Aura Rivas interpreta a Nubia Linares, una maestra jubilada que un día recibe la visita de su hijo Andrés, un artista  que vive en la capital. Lo que se inicia como una situación feliz pronto se transforma en una situación que la lleva a enfrentarse a la intolerancia de sus coterráneos ante lo desconocido, al mismo tiempo que debe enfrentarse ante la perspectiva de la inminente muerte de su hijo. Toda esta situación resume lo que las madres hacen, y hasta dejan de hacer, por amor a los hijos.    

Hablar de la actuación de Aura Rivas daría para escribir páginas enteras, pero haré referencia a dos pasajes de la obra. Uno, cuando Nubia Flores compra frutas y trata de que su hijo Andrés las coma, por aquello de la necesidad de tener vitaminas en su cuerpo. Esa escena refleja  una intensidad, un contenerse mientras el hijo no quiere comer fruta, quiere morir y, peor aún, que la madre lo ayude, y ella, en su amor, busca aliviar las penas del hijo contándole cuentos del pueblo, para no caer en la desesperación.

La otra escena, muy bien escrita para alguien como Aura Rivas, es cuando la maestra Flores acepta el reconocimiento por años prestados a la docencia. El aplomo de esa mujer, que debe enfrentar  el rechazo de la colectividad, por su hijo, y que ha sido víctima de la intolerancia hacia su persona y su casa, demuestra un carácter pedagógico, y en medio de una situación tan tensa, logra sacar risas entre los espectadores, al seguir aleccionando a los niños, jóvenes y adultos, sobre la necesidad de escribir bien, así sean insultos contra ella y Andrés.

Comencé diciendo que esta obra es un monólogo acompañado, término que utilizo porque sé que a Elio Palencia no le gusta escribir monólogos, y no se puede dejar  de mencionar a Frank Silva, que aunque no tiene mucho texto en la obra, su presencia es importante para el desarrollo de la trama. Destaco una escena de Silva, la llegada al Hospital cuando se entera que su pareja está internada, porque el texto refleja esa angustia  y ese decir incoherencias de alguien asustando  cuando va a pedir información sobre un ser querido a un centro asistencial.

Ese torbellino de texto que dice el personaje Andrés, se asemeja mucho a la forma en que se dice el parlamento en la obra Paisaje sin casas, del catalán Pablo Ley,  Premio Marqués de Bradomín en 1990, referencia que hago porque Palencia también recibió ese mismo premio, en 1993.

El montaje de Chalbaud en  Arráncame la vida es limpio, bien resuelto, sin grandes decorados, para darle al texto y a las actuaciones el peso en escena. Mi única crítica a la obra es la utilización de las llamadas telefónicas en off, particularmente no vi que le aportara nada al montaje, o al menos esa es mi Visión Particular.

Aún cuando para mí, esas llamadas en off no le aportaban mayor drama al montaje, admito  que el comentario que más bajo hace José Flores tiene sentido, y así lo reconozco, porque para él «tienen mucho que ver en la obra, nos hacen entender que la enfermedad aparte de hacerte daño fisico, te crea un sin fin de problemas, dudas, miedos, verguenza, y es en las llamadas donde se nota que el paciente deja de lado su vida social, sus amistades, en este caso compadres se compadecen y quieren brindar apoyo emocional pero él se enfrasca en sus problemas y su deseo de morir, a mi me parece que es el mensaje que se quiere dar con las llamadas».

PD: las fotos son recopilaciones de Internet, el día de la función no lleve mi cámara.

 

«Por Tí Sería Capaz de Matar», violencia a cuatro voces

 

Una atmósfera de erotismo, de olor a penal, de violencia es lo primero que nos acerca al montaje «Por Tí Sería Capaz de Matar», una obra escrita y dirigida por Rubén León,  basada en El Beso de la Mujer Araña, de Manuel Puig.

Lejos queda la imagen de Sonia Braga, máxima figura femenina de «El Beso de la Mujer Araña» en su versión cinematográfica, para dar paso, en este montje, a una silueta escultural y desnuda que forma parte de la narración de  Alberto Molina, interpretado por David Villegas / Susana López, quien noche a noche, en el infierno que es una cárcel política, atrae a su telaraña a su compañero de celda Valentín Flores, interpretado por Luis Domingo González / Daylin Valdivieso, a fin de sacarle datos, confidencias de las que todo régimen quiere tener de sus enemigos.

Hasta aquí la obra tiene una innegable semejanza con la pieza de Puig, pero Rubén León le imprime su sello al desdoblar los personajes principales en símiles femeninos, que incluso llegan en muchos momentos a decir los textos de los protagonistas masculinos, como queriendo decir que la violencia no es solo de un género, sino que todos, y aquí está lo grave del asunto, hombres o mujeres, pueden ser torturados  – física y psicológicamente – por el que tiene el Poder.

Incluso el poder no solo es masculino, sino que el principal torturador, en esta pieza, es interpretado por una mujer,  por Keisbel Silva, con una gran carga de odio en su rostro y que al igual que veja a Molina, lo hace con su Alter Ego femenino, por lo que lo único verdaderamente democrático en regímenes de fuerza es la tortura.

La historia: Alberto Molina, un reo homosexual, es sentenciado a prisión, pero sus captores los sobornan a fin de lograr información de su compañero de celda Valentín Flores, preso político, quien recientemente detonó una bomba, que cobró  la vida del Ministro de Justicia. Molina, esperanzado por lograr su libertad, envuelve a su víctima, utilizando la narración diaria de una película, logrando que Flores aflore sus puntos de vista, y principalmente su posición, así como quiénes son sus aliados en la lucha contra el régimen.

Como dije antes, hasta aquí la similitud con la obra base, porque Molina es arropado por el sentimiento de amor, en una hermosa escena de homosexualismo, lesbianismo, con una atmosfera y música que hace ver toda la escena como un acto natural, sin importar dónde es realizado, por eso lo de la violencia a cuatro voces, pero la traición está hecha; Valentín Flores debe morir y Molina sale en libertad, para regresar y ver el fruto de sus acciones, con un clímax  totalmente teatral y visual, que no deja dudas del final de la obra.

El montaje es una producción de la Asociación Cultural URBE y el Teatro San Martín de Caracas. Los temas musicales originales de Kreils García. y el baile a lo Carmen Miranda son otro aspecto a disfrutar de esta pieza, que lo animan a uno a seguir viendo las propuestas teatrales que hay en Caracas. 

 PD. Las fotos son del facebook de David Villegas